
¿Por qué se produce?
Los testículos, durante la vida embrionaria, comienzan su formación, de manera similar a los ovarios en los fetos de sexo femenino, en una zona próxima a los riñones, y más tarde, hacia el final de la gestación, mientras los ovarios permanecen en el interior del abdomen, los testículos completan un recorrido que les lleva a su alojamiento definitivo en las bolsas escrotales; pues necesitan para su funcionamiento normal temperaturas más bajas que las del interior del abdomen. Diferentes razones, unas hormonales, otras malformativas o incluso mecánicas, pueden llevar a que no se produzca este descenso completo.
¿Qué consecuencias puede ocasionar?
Dejando aparte las consecuencias psicológicas, la criptorquidia unilateral puede disminuir la fertilidad, especialmente si no se recibe un tratamiento a tiempo, y expone al testículo afecto a complicaciones mecánicas como torsión y traumatismos. También se ha comprobado que un teste criptorquídico es con más frecuencia portador de anomalías que le hacen 10 veces más propenso a la evolución tumoral que los que son normales.
¿Cómo y cuándo se debe tratar?
El tratamiento quirúrgico es el recomendado para conseguir el descenso testicular (orquidopexia). Se aconseja que se lleve a cabo precozmente, antes de los 2 años de edad.
El tratamiento pretende favorecer la fertilidad y prevenir complicaciones como la torsión testicular, que requerirían cirugía de urgencia. También parece que la orquidopexia disminuye las probabilidades de que el testículo descendido acabe convirtiéndose en canceroso y en cualquier caso lo hace más fácilmente observable para detectar posibles cambios.